Chavez y la mitología de un Martí inexistente
Por Carlos Carballido
Desde la comodidad de mi hogar, luego de pulsar un control remoto, me encuentro con la noticia del presidente venezolano Hugo Chávez en La Habana para recibir el premio José Martí. Semejante acto lo único que me trajo a la mente fue una frase: Cuanta manipulación política Dios mío.
Mirándome como cubano, el hecho lejos de indignarme lo que me da es lástima del derrotero que hemos adquirido como nación, porque por si alguien lo olvidó, la nación cubana no es ni de Fidel, ni de sus acólitos, ni de nadie…. Es De todos y para el Bien de todos..
Y lo ejemplifico basado en mi propia experiencia. Después de tantos años obnubilado por la utopía, el exilio se nos presenta como la única oportunidad del cubano para encontrar un discurso diferente y poder sopesar la objetividad de los hechos.
He tenido que exiliarme o desterrarme, para aprender que la Historia cubana está muy mal enfocada y/o escrita, sobre todo cuando de Martí de habla. Sus pensamientos, su obra eterna, sus enfoques filosóficos e ideológicos, siempre nos fueron dado de manera truncada, manipulada.
En el exilio es que aprendemos a ver a un Apóstol totalmente diferente al pensamiento marxista-fidelista-chavista que se nos ofrece ante los ojos en esta coyuntura latinoamericana.
Jamás en las escuelas cubanas aprendimos que nuestro héroe Nacional detestaba la intolerancia y los extremos políticos, los cuales fustigó hasta su propia muerte. Su antimperialismo no fue antiamericanismo, su partido único fue una opción, no una imposición. Escribió frases tan visionarias como…."Me parece que me matan un hijo cuando privan a un hombre de su derecho a pensar". Y que decir de su frase lapidaria: "La importancia de abrir la República a todas las ideas (...), porque (...) la república, al desconocer un partido cualquiera, reprimiría en él sin éxito una expresión de la naturaleza humana (...). La voluntad de todos, pacíficamente expresada, es el germen generador de las repúblicas".
Así que me sorprende como Chávez acepta y se enorgullece de un premio José Martí si su discurso se ha tornado violento, agresivo y obsceno en ocasiones. El lider ?bolivariano? no responde a periodistas con imaginativa o sagacidad, sino con oprobios e insultos. Nadie tiene la razón a menos que militen en sus filas. Una copia al carbón de su viejo maestro Fidel. Pero ambos son martianos… al menos eso dicen ellos, aunque nadie se lo crea.
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